Han pasado dos meses y
tengo la sensación de que haya transcurrido muchísimo más tiempo y
a su vez las semanas pasan a una velocidad de vértigo...
Me siento feliz,
orgullosa de ich misma y cada día más capaz de conseguir todo lo
que me proponga en la vida.
Creo que éste, junto con
el nacimiento de mis dos hijos están siendo los mayores logros de mi
vida.
Y haciendo caso de ese dicho “eres tan bueno como lo mejor
que hayas hecho en tu vida” estoy empezando a pensar que
directamente... soy la leche!!! y no es que no tenga abuela, a falta de
una tengo la suerte de tener dos y bien lozanas que están para las
velas que llevan a la espalda...!!! pero porqué no empezar a sentirnos
orgullosos por dentro y por fuera de los logros que vamos
consiguiendo...?, empiezo a estar harta del “no soy capaz”, “no es
el mejor momento”, que muchos no es que lo hayamos pensado en algún
momento de nuestra vida por gusto, sino porque al final es lo que nos
hacen acabar por creer... unas veces directa y otras indirectamente.
Esto no es una historia
de héroes y vencidos... es la historia de alguien que se acaba por
liar la manta a la cabeza de motu propio y me explico: la situación
ha creado a la “excusa” no la “excusa” a la situación, es
decir... soy de objetivos claros... y cuando quiero algo de verdad...
no paro hasta conseguirlo y al final la situación se dio en forma de
oportunidad disfrazada de crisis para decir.. ahora si!! este es mi
momento!! y acabar por dinamitar nuestro presente y dar un giro a
nuestras vidas de 180 grados, porque creo que los giros hay que
darlos así, de golpe y porrazo, de repente y sin pensarlo
demasiado... dejar el miedo y las excusas de lado y lanzarse a por lo
que uno realmente siente que quiere en la vida. Es lo que te hace
sentirte vivo de verdad . Pero claro, todo esto no está exento de un proceso y sobrellevarlo requiere su aquel...
Y no es fácil, claro que
no y quien diga lo contrario o no lo ha intentado arriesgando lo
suficiente para que las condiciones se alíen con uno y ser capaz de
salir zingando a por lo que realmente quieres o sencillamente miente
como un bellaco.
Pero transcurrido ese periodo en el que no dejas de
preguntarte “qué coñiiiiiiio hago yo aquí”, en el que aceptas
que transcurrirá mucho tiempo hasta que vuelvas a sentir esa
sensación de comodidad... es entonces cuando sin apenas darte cuenta
le estás abriendo tú mismo las puertas a la oportunidad.
Siempre preferí
disfrutar de las vivencias in person a esperar que venga nadie y me
lo cuente, porque entre otras cosas las personas tendemos a contar la
película en función a cómo nos ha ido personalmente, con lo cual
una misma película termina teniendo infinidad de variantes.
Estoy cansada de
escuchar... “como en España se vive como en ningún lado” pues
siento discrepar y deciros que algún día quizá pudiéramos
presumir de ello... pero a día de hoy y en unos cuantos años (salvo
que comencemos a coger las riendas a tiempo y comencemos por cambiar
de conciencia dudo podamos volver a engrandecernos de ello) por una
sencilla razón, porque precisamente aquello de lo que presumíamos
en su día... “En España como en ningún lado” es por lo que a
día de hoy mi país se encuentra en el estado en el que se
encuentra, por eso y por los cuatro mangantes a los que se les sigue
“permitiendo” campar a sus anchas...
Y no es que yo sepa más
que nadie.. ni que me crea que haber descubierto América por el
simple hecho de llevar 2 meses fuera de mi casa creyéndome ya haber
conquistado nada. Pero desde aquí entre otras cosas me permito dar mi opinión simplemente porque así lo acabo de decidir.
Empiezo a
pensar que mi mente ha comenzado a abrirse... y empiezo a sentirme
feliz con mis propias conquistas, porque no hay mayor satisfacción
que la conquista de uno mismo.
Estoy aprendiendo a
sentirme fuerte desde mi lugar.. a sacar siempre partido al lado
bueno de las cosas, a ver la vida con positividad y sin desánimo y
por supuesto... sonriendo a las piedras que se me van presentando por
el camino, eso sí, siempre sin perderlas de vista al menos... de reojo!!!.
Eso y que empiezo a
disfrutar de la sensación que produce la palabra “libertad”
cuando realmente te das permiso para comenzar a saborearla... dejando
de lado ese “apego” que en tantos casos nos acaba por nublar la
visión de todo lo que la palabra “ver mundo” lleva implícita.
Los cientos de lugares
que podríamos visitar, las formas de vida que podríamos permitirnos
conocer, la de personas interesantes que existen repartidas a lo
largo y ancho del mundo en general, así como aquellas que por el
simple hecho de conocerlas te sirve para tener claro qué no quieres
en tu vida.
Es lo que sin duda
siempre intentaré transmitir a mis hijos.
El miedo paraliza, crea
inseguridad, destruye la autoestima y termina por hacerte sentir
imbécil.
Y cuando sales de tu
país, dejas atrás tu idioma, tu lengua... y te plantas en algún
lugar del mundo a tomar por saco de tu casa y de todo lo conocido y
todo lo familiar... puedes hacer dos cosas,
1.- Venirte abajo y
llorar y llorar hasta quedarte sin lágrimas, sintiéndote además de
inútil sordo y mudo y 2.- saber sacarle provecho a una situación
nueva y desconcertante.
Aprovechar ese
desconcierto que da el sentirte sordo y mudo, (sordo porque no
entiendes nada y mudo porque eres incapaz de emitir el más mínimo
sonido coherente en un idioma que nada tiene que ver con tu lengua
materna) para no dejar de observar.
De pronto te encuentras
disculpada en una situación en la que rodeada de gente eres incapaz
de comunicarte y ellos lo saben, con lo cual se comportan de manera
natural entre sí y pasas a ser como... invisible, posición que te
permite observarles detenidamente sin parecer cotilla y pasando
totalmente desapercibida, vamos... como si fueras un jarrón, en mi
caso a su lado más bien un botijo pero no por ello menos grande ;-).
Y es que creo que aquí
está en cierto modo parte de la clave de esta experiencia, dejar de
sentirse paralizado por el miedo y llegar a sentirse capaz terminando
por cogerle gustillo a la incomodidad que genera el no sentir ese
calor y esa seguridad que da lo conocido, tomar conciencia en toda la
extensión de la palabra, de que uno puede llegar a ser capaz de lo
que se proponga si realmente consigue creer en sí mismo en primera
instancia.
Pero creo que ésto
ultimo puede ir contra los intereses de más de uno.
Os habéis preguntado
alguna vez que ocurriría si todos fuésemos capaces de liberarnos
del miedo y nos largásemos a cambiar de vida cada quien tomando
rumbo hacia donde realmente siempre le hubiera gustado ir y/o hacer?
El país se vendría abajo.
Porque de algún modo a
los que están arriba (no hablo solo de gobiernos) y no son
conscientes realmente de la palabra “crisis”, de no ser porque
diariamente y mientras desayunan tranquilamente con su café y sus
tostadas frente a su periódico lo leen como si no fuera con ellos,
porque entre otras cosas... así es... no va con ellos y nunca irá
con ellos siempre y cuando haya un porcentaje de personas que sigan
asumiendo su situación de aceptación de una situación que ni han
buscado, ni han elegido, ni mucho menos han propiciado.
Ellos que se codean a
diario con el poder, dentro de su mundo de luz y color, donde hasta
bromean entre sí sobre la situación económica del país, mientras
comen en restaurantes caros y disfrutan de sus caras vacaciones
rodeados de lujo, con sus esplendorosas carteras blancas por fuera y
negras por dentro.
Y es injusto.. porque si
lo piensas... de verdad sigues pensando que somos libres? Yo
definitivamente digo que NO y lo digo con mayúsculas, rotundamente
NO.
Creo significativamente
que debiéramos atajar el problema de raíz, porque el problema va
mucho mas allá de burbuja inmobiliaria, de bancos y de hipotecas. De
suerte o de desgracia, suerte por haber nacido en cuna dorada y
desgracia por todo lo contrario.
Estoy más convencida que
nunca de que desde preescolar debiéramos enseñar a los niños a
ganar
Sí si, como lo oís...
ENSEÑAR A NUESTROS HIJOS A GANAR, a experimentar la sensación de
cuando uno gana, esa sensación es impagable amigos... enseña mucho
más que ningún libro. Y lo mejor de todo es que no solo enseña,
sino que construye.
Construye y transforma a
un niño en persona, en persona positiva, en persona fuerte y
rotunda, en persona capaz, en alguien que aprende a creer en sí
mismo y aprende a sentirse fuerte cada uno desde su lugar. No podemos
seguir pensando que los habemos listos, tontos, capaces e incapaces.
Jamás escuché nada mas
triste que a alguien sin ni siquiera haber superado la treintena
decir: “yo con lo poco que gano me conformo, total para qué quiero
más”, si fuese mi hijo pensaría que definitivamente algo he hecho
mal.
No pretendo hacer demagogia barata en un país en el que hay miles de familias sin ingresos. Pero no hay nada mas triste
que el conformismo... dónde están las ganas por apuntar alto... por
llegar a ser dueño de tu tiempo, de tu vida!!! y no hablo solo de
dinero... hablo de ilusión, de ganas por crecer, por hacer cosas
nuevas, por experimentar, porque como dice alguien a quien admiro
profundamente “hay más vida más allá de Garnacha”.
Para quienes no me
conocéis, Garnacha es un establecimiento de alimentación del pueblo
en el que crecí. El cual hace esquina, es su manera de decir... pues
eso.. que hay más vida detrás de la esquina de cada uno.
Ella lo dice haciendo
referencia a sus ganas por ver la vida desde otra perspectiva, en su
caso a su manera ya lo hace... desde su objetivo particular, es una
excelente fotógrafa con un futuro prometedor!!.
No hace mucho y por cuestiones personales he conocido diferentes personas, españoles, jóvenes y con ganas de comerse el mundo. Negándose a tragar con ruedas de molino, cambiando la cama caliente y las faldas de mamá por el intento de superarse y avanzar en esta jungla llamada mundo, con la fuerza y el coraje suficientes para sentirse libres, cambiando el "no puedo" por "porqué no intentarlo", los miraba desde la distancia que me dan los años y en cierto modo la experiencia y de alguna manera sentí admiración y pensé que ojalá sea capaz de cimentar de esa forma el mundo interior de mis hijos para que algún día decidan por sí mismos salir a comerse el mundo de esa manera, con esas ganas, esa ilusión y la envidia que me dan una o dos décadas menos.
Sin duda desde aquí mi aplauso y felicitación a sus padres y madres, porque sin lugar a dudas son de admirar la fuerza, la valentía y el coraje que algún día instauraron como semilla en las almas de todos y cada uno de ellos. Ojalá en un futuro yo como madre, sea capaz de hacerlo así de bien con mis dos poyuelis.
Creo que definitivamente
en las escuelas habrían de crear una nueva asignatura, el nombre es
lo de menos, desde la que contribuir a que cada niño descubriese por
sí mismo cual es su lugar desde el que sentirse importante, desde el
cual poder exhibir con total libertad lo mejor de cada uno y a su vez
aplicarlo a la forma de enseñar y de aprender. Por algo cada
individuo somos únicos e irrepetibles desde el vientre de nuestra
madre, solo es cuestión de ayudar a que cada uno descubra su lugar y
ayudarle a que sea capaz de desarrollar todo el potencial que se
encuentra en su interior.
Todos somos genios, pero
si a un pez le pides que trepe un árbol, vivirá toda su vida
sintiéndose estúpido. Pues esto es lo mismo, es lo que intento
evidenciar... si metemos en una clase a 20 niños, cada uno de su
padre y de su madre y les proponemos una meta común para todos, lo
más que vamos a conseguir es que esa meta la alcancen antes los que
sus cualidades innatas más proclives sean a la meta propuesta,
evidenciando erróneamente a mi forma de verlo el ser mejor o peor,
merecedor de un sobresaliente o un suficiente, en base a qué? a una
meta común que nada tiene que ver con el crecimiento personal y
emocional de cada uno de ellos individualmente hablando?
Si algo me ha dado el
tiempo libre del que aquí disfruto, es tiempo para disfrutar
leyendo, libros como uno que me he topado hace no muchos días y el
cual me ha hecho cuestionarme infinidad de lo que hasta ahora
consideraba valores importantes, desplazando así creencias
anteriores y dando paso a otras nuevas sin duda mucho más
enriquecedoras.
El libro se titula “Tu
hijo a Harvard y tú en la hamaca”, de Fernando Alberca de Castro,
habla de la importancia de la motivación, de una autoestima sana y
de como todo ello conjugado termina por crear en nuestros hijos un
sentimiento de “capacidad” como diría el torero de las féminas
“im-prezionante”, me reservo el derecho a bromear sin perder la
línea de la evidente seriedad al respecto porque para eso éste, es
mi rincón.
Pero si además de eso
creamos un lugar desde el que cada cual se sienta valiente, fuerte y
capaz... entonces estaremos descubriendo una lanzadera de futuros
adultos seguros de sí mismos, capaces y sanos emocionalmente
hablando. Y creo sin duda que ésta debiera ser la base desde la que
comenzar a construir el futuro “educacional y académico” de cada
niño. Porque de esta manera no solo estaremos construyendo grandes
mentes, sino grandes personas.
Aquí lo dejo, por si
alguien con la capacidad suficiente y las teclas necesarias en su
horizonte, sospechase, creyese o simplemente contase con la
posibilidad de comenzar a tirar del hilo, comenzar a hacer sonar
alguna de las teclas y llegar algún día a convertirlo en al menos,
la posibilidad de una futura realidad.
Empiezo a cogerle el
gustillo a lo desconocido, está siendo una forma de
auto-cuestionarme lo que hasta ahora siempre creí a pies juntillas
y debido a lo que estoy segura, terminará propiciando una era de
crecimiento personal importante y eso sencillamente, me gusta!!,
porque toda era de crecimiento de una forma u otra... acaba por dar
sus frutos.
Y esta es otra de las
cosas que intentaré inculcar a mis poyuelis caiga quien caiga... a
cuestionarse las normas y a quien las escribe, las fronteras, los
pensamientos, los apegos..., en definitiva, la vida en general.
Mientras tanto... sigo
pensando en voz alta.