domingo, 22 de diciembre de 2013

Ultimando compras navideñas, en busca de centro comercial se ha dicho...


Como si de una aparición celestial se tratase, tras unos minuticos de coche, allí estaba él, tan (como diríamos en mi pueblo) majo, tan grande, tan alto, tan adornado (la decoración navideña de los alemanes da para otro post con exclusividad!!) lleno de lucecitas... ¡¡Aaaaaaah!! centro comercial a la vistaaaaaaaaaa!!!!!, mi vida a partir de ahora en el país de la cerveza y la salchicha por excelencia estaba a punto de dar un giro de 180º, sobre todo a mi estabilidad emocional, que ya sea dicho de paso estaba empezando a auto-regenerarse.
Me sentí como si después de un siglo expatriada a una isla lejos del mundanal ruido, perdida en algún lugar en el quinto naranjo, aislada de todo lo que huela a urbe, de pronto te plantan en plena Fifth Avenue. 

Varios pisos de tiendas de todo tipo, ropa, complementos, perfumerías, maquillaje, peluquerías, juguetería, tenía de todooooo!!!! y cómo no... parada y fonda de salchichas como no podía ser de otra forma, hasta en el centro comercial me persiguen!!

Rueda de reconocimiento, comimos un poquito (mas que nada para luego no interrumpir entre tienda y tienda y ale, andando!!). Yo iba cual Lina Morgan sacando fotos a todo lo que me llamaba la atención, que era mucho.
Casi me caigo redonda cuando mirando trapitos en la tienda del señor Amancio Ortega veo un señor con su perrito paseándose por la tienda, con dos cojonixxxx!!! 

Lo mejor es que no era el único, ni política interna de Don Amancio, vamos, que puedes entrar a la tienda que entres que aquí los Hunde hasta la cocina oigaaaa!!, forman parte de la cotidianeidad a todos los niveles, shopping incluído.
Todavía con la sorpresa en el cuerpo, según salgo por la puerta empiezo a escuchar una música super agradable, relajante, suaaaaaaave y cómo no... NAVIDEÑA. Conforme iba andando la iba escuchando con más intensidad, cojonixxxx... como que para cuando quise darme cuenta tenía enfrente de mí a cuatro maromos trajeados y vestidos igualitos cual inclusa, desgañitando a pleno pulmón con detrás de ellos piano de cola incluído, sigo flipando y como no... foto que te crio!!.

Hora del Kaffee kuchen. En mi intento de integrationen por coj....., que hago yo? Pues lo que una amiga me sugirió no hace mucho tiempo... “allí donde fueres, haz lo que vieres” y yo que si de algo soy amiga es del kaffee y del kuchen también, porque no..., allá que voy.
Cari, hace un kaffee kuchen?, él, que con el café se va de baretas, opta por el helado, yo que aún tengo la salchicha en la garganta (si... ya lo sé, suena un poco raro) decido inclinarme por hacer sesión remember y me pido un kaffee con baileys, en honor al sabor del café mañanero de verano en buena compañía al sol de la terraza del bar de la plaza de mi pueblo. Éste con baileys, no sé que ron, helado de vainilla, nata y birutitas de chocolate y más porque no había... la camarera debió verme cara de poco endulzada y habría dicho vamos a darle candelaaaa!!! aquí os dejo el recordatorio, buena pinta eh...!!??

Bien, pues estando degustando tan dulce momento... me dice mi hija con voz casi entrecortada... “Mamá... que a la señora de al lado le han puesto el kaffee, el kuchen y el agua para el perro!!”, dicho y hecho, la buena señora pidió su kaffee kuchen y aguita para el Hund y allí que iba el camarero, bandeja en mano con la consumición de la señora y en la otra el bebedero para el acompañante. Vuelvo a flipar y vuelta de rosca a la boina!!
No me voy sin enseñaros otra de las curiosidades que me dejaron ojiplática en el día de hoy, un apartado en las cafeterías con silletas para niños cedidas por el propio centro comercial, si si, como lo veis!!! Nos apostamos algo a que en Pamplona no se devolverían a su lugar de origen ni el 10% de las “prestadas”?.

Ya tenemos Grundshule!!!


Jadeamos en familia, como no puede ser de otra manera, aquí somos como los Panchos, (no nos separamos ni con agua caliente, no sea que nos perdamos alguno) silletica a cuestas (niño incluído como es obvio) edificio pa'arriba, edificio pa'abajo, venga sube y baja de escaleras y Pequeña!!!, no te pierdas agàrrate a lo que queda de tu madre!!! (después de la pérdida de líquidos vía sudoración con tanto ven para aquí, tira para allá que aquí no es, aún con el abrigo puesto y aquella calefacción para esquimales) como tres edificios hasta encontrar la tan ansiada secretaría, con lo puntuales que son los alemanes y llegábamos tres minutos tarde!!! Katastrophe!!!! ellos que siempre llegan cinco minutos antes... ves cari!!, ya empezamos mal...
Por fín!! cartelito de “Sekretariat”, se hizo la luz!!. Mi costi encabezando, que para eso es el que controla el deutch, fuimos entrando uno detrás de otro toda la prole, silleta incluída.
Nos recibió muy amablemente el director del “cole”, amabilísimo, sonriente y con un alemán algo más clarificante... ya no sé yo si son ellos o es mi oído, que va rindiéndose al acento, a la entonación y a que, qué coñio... o se rinde o se muere de hambre y de asco conmigo a una.
He de decir que alguna palabrica le entendía, por tanto más o menos iba pillando de lo que estaban hablando. Digo lo que estaban hablando porque aunque el buen hombre nos miraba tanto a mi costi como a mí, muy educadamente, hablar, hablaban ellos y yo los miraba como si de un partido de tenis se tratase, izda.-dcha., dcha.-izda. (he de reconocer que en mí fijaba menos la mirada, que lo noté...) obviamente digo yo porque con la cara de póker que ich misma debía tener, ya que de mucho no me enteraba por más empeño que le ponía y que no paraba, no me preguntéis porqué, de balancear la cabeza como el perrito del coche de Torrente...,asintiendo con la cabeza como si estuviese de acuerdo hasta con mi sentencia de muerte si me la hubiese propuesto, la siguiente opción era directamente pararse a pensar si realmente mi problema era que no conseguía entenderle del todo o que se me habían olvidado las gaficas en casa, ya que además del movimiento espasmódico del cuello, no paraba de arrugar la nariz y los ojillos como si de enhebrar una aguja se tratase..., ni que el gesto propiciase una mejor comprensión del idioma en cuestión, en fin.
Españoles!, Mallorca yo de joven, (en un Español tan indio como mi Deutsch) “Si... de Pamplona” le dice mi costi, Ah.. oh.. Pamplona!! (ponía los dedicos indices a modo de cuernos queriendo significar los toros...) vamos que le faltó levantarse y ponerse a correr por la sala cual Toro desbocado.
Majísimo, muy agradable, sinceramente nos hizo sentir como en casa. Así que rellenamos el papeleo pertinente y pasadas las vacaciones de navidad mi princesa empieza el “cole”. Solo tenemos que prepararle su mochila, su estuche con su lápiz, goma, boli y un cuaderno para cada asignatura. De los libros le harán entrega el primer día de clase sin coste alguno para nuestro bolsillo, además de clases de refuerzo de alemán 3 días por semana by de face mismamente también. Cuando le contamos lo que costaron los libros de mi hija para el curso pasado en España sencillamente flipó. Señor Rajoy tome notaaaaaa... se pagan impuestos pero se traducen en facilidades D. Mire usted.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Tras cuatro meses de espera había llegado el gran día... nos vamos a Alemania!!!!!!!!, cuando quise darme cuenta estábamos llegando al que en breve se convertiría en nuestro nuevo hogar.
Y por fín, tras sin casi catorce horas de viaje de nada... allí estaba yo, sentada en el asiento del copiloto pensando muy seriamente si bajarme del coche o maquinar algún conjuro para que mi marido unicamente fuese capaz de esbozar un "si cariño" cuando le expresase mis deseos de salir por patas hacia mi pueblo sin pensármelo dos veces.
De repente sentí dentro de mí una especie de cóctel no muy agradable, pero que tampoco sabía medir con exactitud las dimensiones del disgusto porque entre otras cosas algo así, con tanta fuerza y semejante profundidad, no recuerdo haberlo sentido nunca antes. Me bajé del coche y con solo poner el primer pie en el suelo sentí que las piernas me temblaban, no sabía si por la temperatura (evidentemente sabía que aquello no era República Dominicana pero la leche qué frío hacía), por mi malestar general o por el remeneo emocional que se me avecinaba y ni siquiera sabía si llevaba capote ya no para torearlo... sino para intentarlo al menos.  Yo solo buscaba el burladero leche..., pero en un pis pas algo dentro de mi me dijo... "Tacháaaaaaaaaaan,bienvenida a la cruda realidad, de eso no tenemos, esto es Alemania baby!!".
Una vez dentro del garaje, sacamos el equipaje del maletero, rescaté a mis hijos de entre medio del amasijo formado entre la silleta en los pies de los niños, abrigos, bufandas, gorros y guantes, restos de bolsas de patatas y botellas de agua medio vacías del viaje y subimos para arriba.
Mi hija a la par de mi marido, casi en primera fila, detrás yo, con mi hijo pequeño en brazos y todavía con uno de mis hemisferios cabilando si no sería mejor opción agarrar las llaves del coche y salir zingando de allí pero ya, subía aquellas escaleras no con demasiada decisión, para qué mentir... Y allí estaban ellos, Petta y Elsa, nuestros caseros, sonrientes a más no poder (contando con que eran pasadas las 11 de la noche, que en Alemania a diferencia con España a esas horas llevan con Morfeo la friolera de 3 horas tiene su aquel...) mi marido en un arrebato de "sonríe por favor" me dice medio al oído "la hora que es y la pobre mujer hasta se ha pintado el ojo, estaban ya en la cama", asi que yo...(que tampoco en esos momentos estaba para dilucidar si vaaaale o lo siento pero no estoy yo para mucha jarana) sin pensármelo dos veces esbocé una sonrisilla... (que dije total... como no me conocen no saben si esto en mí es una carcajada... o una sonrisa pelín... solo pelín forzada), anda que bastante tenía ya con mi ejercicio de autocontrol en esos momentos, mi hemisferio rebelde que ahí seguía empeñado en salir zingando, como para pensar en la pobre mujer que había brincado de la cama directa al baño a ponerse el khol en el ojo para recibirnos muy amablemente.
Antes de que por instinto se me ocurriera siquiera la idea de estirar el cuello para saludar a la española, con dos besos... muy hábilmente sacaron sus manos, casi al compás, como si de una entrevista de trabajo se tratase, para seguidamente soltar un "hallo,wie geth es dir " que con aquel acento entre aleman-baturro y ultzamarra profundo a más no poder, casi mas que entender... tuve que dar rienda suelta a mi imaginación para llegar a sospechar qué estaban ,intentando decirme.
Claro ellos hablaban y hablaban con toda la naturalidad del mundo, mi marido muy hábilmente les seguía, todos sonreían, hasta mi hija  (pese a coscarse de lo que yo, es decir... nada) pero muy inteligentemente ella pensaría... "yo me río, ancha es castilla y quedo como nadie".
Ese fué casi el sopapo que me faltaba en esos momentos, me dije... "Alma cándida... si un hola como estás te ha costado entenderles, qué va a ser de tí a partir de ahora bonitaaaaa...".