Como si de una
aparición celestial se tratase, tras unos minuticos de coche, allí
estaba él, tan (como diríamos en mi pueblo) majo, tan grande, tan
alto, tan adornado (la decoración navideña de los alemanes da para
otro post con exclusividad!!) lleno de lucecitas... ¡¡Aaaaaaah!!
centro comercial a la vistaaaaaaaaaa!!!!!, mi vida a partir de ahora
en el país de la cerveza y la salchicha por excelencia estaba a
punto de dar un giro de 180º, sobre todo a mi estabilidad emocional,
que ya sea dicho de paso estaba empezando a auto-regenerarse.
Me sentí como
si después de un siglo expatriada a una isla lejos del mundanal
ruido, perdida en algún lugar en el quinto naranjo, aislada de todo
lo que huela a urbe, de pronto te plantan en plena Fifth Avenue.
Varios pisos de
tiendas de todo tipo, ropa, complementos, perfumerías, maquillaje,
peluquerías, juguetería, tenía de todooooo!!!! y cómo no...
parada y fonda de salchichas como no podía ser de otra forma, hasta
en el centro comercial me persiguen!!
Rueda de
reconocimiento, comimos un poquito (mas que nada para luego no
interrumpir entre tienda y tienda y ale, andando!!). Yo iba cual
Lina Morgan sacando fotos a todo lo que me llamaba la atención, que
era mucho.
Casi me caigo
redonda cuando mirando trapitos en la tienda del señor Amancio
Ortega veo un señor con su perrito paseándose por la tienda, con
dos cojonixxxx!!!
Lo mejor es que no era el único, ni política
interna de Don Amancio, vamos, que puedes entrar a la tienda que
entres que aquí los Hunde hasta la cocina oigaaaa!!, forman parte de
la cotidianeidad a todos los niveles, shopping incluído.
Todavía con la
sorpresa en el cuerpo, según salgo por la puerta empiezo a escuchar
una música super agradable, relajante, suaaaaaaave y cómo no...
NAVIDEÑA. Conforme iba andando la iba escuchando con más
intensidad, cojonixxxx... como que para cuando quise darme cuenta
tenía enfrente de mí a cuatro maromos trajeados y vestidos
igualitos cual inclusa, desgañitando a pleno pulmón con detrás de
ellos piano de cola incluído, sigo flipando y como no... foto que te
crio!!.
Hora del Kaffee
kuchen. En mi intento de integrationen por coj....., que hago yo?
Pues lo que una amiga me sugirió no hace mucho tiempo... “allí
donde fueres, haz lo que vieres” y yo que si de algo soy amiga es
del kaffee y del kuchen también, porque no..., allá que voy.
Cari, hace un
kaffee kuchen?, él, que con el café se va de baretas, opta por el
helado, yo que aún tengo la salchicha en la garganta (si... ya lo
sé, suena un poco raro) decido inclinarme por hacer sesión remember
y me pido un kaffee con baileys, en honor al sabor del café mañanero
de verano en buena compañía al sol de la terraza del bar de la
plaza de mi pueblo. Éste con baileys, no sé que ron, helado de
vainilla, nata y birutitas de chocolate y más porque no había... la
camarera debió verme cara de poco endulzada y habría dicho vamos a
darle candelaaaa!!! aquí os dejo el recordatorio, buena pinta eh...!!??
Bien, pues
estando degustando tan dulce momento... me dice mi hija con voz casi
entrecortada... “Mamá... que a la señora de al lado le han puesto
el kaffee, el kuchen y el agua para el perro!!”, dicho y hecho, la
buena señora pidió su kaffee kuchen y aguita para el Hund y allí
que iba el camarero, bandeja en mano con la consumición de la señora
y en la otra el bebedero para el acompañante. Vuelvo a flipar y
vuelta de rosca a la boina!!
No me voy sin
enseñaros otra de las curiosidades que me dejaron ojiplática en el
día de hoy, un apartado en las cafeterías con silletas para niños
cedidas por el propio centro comercial, si si, como lo veis!!! Nos
apostamos algo a que en Pamplona no se devolverían a su lugar de
origen ni el 10% de las “prestadas”?.