En Pamplona hubiesen
bastando unos cuantos “buenos días” en la puerta del colegio y
poco después una de las dos hubiese roto el hielo con un “te
apetece un café?” aquí no se porqué me da que pueden salirme
telarañas esperando tan glorioso momento... y cómo no, las cenas de
madres ni las mentamos, eso supongo llegará cuando me convierta casi
en antepasado...
Ayer volví a casa feliz,
había alcanzado el éxtasis alemán en la puerta del cole
interaccionando con otra mamá, vamos que tuve un cruce de 4 palabras
con ella, no penséis mal!! (claro que no me preguntéis qué me dijo
porque no la entendí ni el 10% de... ,iba a decir conversación,
dejémoslo en monólogo, ella hablaba y yo como aquella que entendía
todo a la perfección, sonreía y contestaba escuetamente...).
Creo que hizo referencia
a si era nueva por allí, (obvio... entre armarios de 2x2, de tez
blanco pocho y yo con mi 1,63 y buen color mediterráneo... tampoco
hay que ser premio Nobel para advertir que autóctona lo que se dice
autóctona no era. Si no hay mas que verme, al lado de ellas soy como
Torrebruno!!.
Ilusa de mí hoy la he
vuelto a ver al ir a recoger a mi hija al cole, la he saludado y me
he quedado con dos palmos... me ha mirado y que no me ha
contestado... y todo ello sin despeinarse!!
Dónde quedó ese buen
rollo mañanero de “a los buenos días!!!” a la española
acompañado de una sonrisa?, en España, quedó en España...
Y es que aquí no conozco
ni a San Pedro!!! y las pocas que conozco viven donde cristo perdió
el mechero, si al menos viviésemos mas cerquita, pese a no
entendernos de principio, sería una gran ayuda, si a ello le sumamos
que mi marido se lleva el coche para ir a la oficina, digamos que
dispongo de una vida de lo más agitada de lunes a viernes.
Hoy una amiga me ha
sugerido que porqué no me cojo una bici, ja!! y a mi hijo lo
colgamos del manillar?... sí, ya sé que existen desde tiempos
inmemoriales unas sillitas estupendas para la parte trasera de la
bici, pero eso con otros niños quizá, con mi hijo que es un clon de
ChichoTerremoto os puedo asegurar que no es buena idea. Solo me falta
terminar con una denuncia por cargarme el mobiliario urbano o ir a
parar contra alguno de los porches, bmw, etc... aparcados en
cualquier acera y faltarme vida para pagarlo, quita, quita...
Hoy hemos ido al
supermercado tras recoger a mi hija del colegio, transcurridos
escasos cinco minutos a mi pequeño demonio le ha dado por
exclamar reiteradamente “otia popón, otia popón!!”
(En cristiano de toda la
vida: ostia-copón) cada vez en un volumen un poquito... solo un
poquito más alto, vamos que fácilmente lo escucharían desde el
parking del establecimiento en cuestión... a Dios gracias que nadie
le entendía... yo sonriendo finamente, casi dejándome arrastrar por
la cinta de la caja a la par que los productos que iba depositando
desde mi carro, eso sí, haciendo mis esfuerzos para no dejar de
sonreír delicadamente y llegados al punto de estar frente a frente
con la cajera, busca que te busca en el bolso la dichosa carterita,
estos bolsos tan grandes son ideales para llevarte contigo hasta al
perro si se deja, pero en esos momentos solo pretendía sacar mi
cartera, pagar y salir de allí zingando antes de que alguien
terminase por entender que el hecho de que el niño no paraba de
pedir un bombón, no era nada mas allá de una trola como un
castillo, que acababa de meterle a la cajera con todo mi arte.
Conseguí sacar la
dichosa cartera y salir de allí como una exhalación.
He de reconocer que ha
sido una semana dura. Lo peor de dejarte caer en un país extranjero
con dos hijos bajo el brazo más allá de la barrera del idioma, que
no te das cuenta de lo que realmente conlleva hasta no estar aquí e
ir sobrellevando el paso de los días, de la cotidianidad como tal,
con todo lo que ello implica, más allá de que nada ni nadie te
“suene” familiar, más allá de las miles de barreras que has de
ir superando día a día con cada cosa que pretendes hacer, cada paso
que decides dar, es cuando implica ver que uno de tus hijos ha de
enfrentarse en solitario a un mundo en el que tú no puedes estar
presente, su primer día de colegio.
Ha sido hasta el momento
el día más difícil de mi vida. Me costó muchísimo más que
ningún otro día por muchos motivos. Porque sin comerlo ni beberlo,
sin decidirlo ni tampoco elegirlo, verse abocado a ser fuerte sin
tiempo, a recoger en un momento toda la valentía de que se puede
disponer cuando cuentas con tan solo unos pocos años y con todo ello
enfrentarte a un montón de desconocidos a los que ni entiendes, ni
tampoco te entienden.
Y echar mano en unas
pocas horas de tus instintos más primarios para ser capaz de pasar
por ello con la soltura y la templanza que solo los niños tienen y
en un idioma universal, que solo ellos entienden.
Y cómo me costaba irme a
casa y dejarle allí... Y si me necesita?. Y si no consigue hacerse
entender?. Y si de pronto se pone triste y necesita un abrazo?...
Uff!!! si lo sé... ni que aquello fuese Alcalá Meco.
“Mamá si solo es un
colegio...”, hay que joerse!! si hace cuatro días era un
“moquillo” que no levantaba ni medio palmo del suelo y ahora es
quien me está dando una lección de realidad.
Y es que es entonces
cuando te das cuenta del significado real de la palabra inmigrante,
forastero, extranjero, como queráis llamarlo. El que nada te resulte
familiar, conocido. Todo huele y sabe diferente... que no mejor ni
peor, solo diferente.
De lo que estoy segura
con el transcurrir de los meses, echaré la vista atrás y esbozaré
una sonrisa, pese a que en días pasados me costó más de una
lágrima.
Si parezco el sereno!! y
porque voy con mi niño en la silleta... sino quien te dice a ti que
no soy el conserje... vuelta para arriba... vuelta para abajo... que
me voy... que no me voy... y mi pulguilla con más razón que un
santo, “Mamá quiero ir a casa a ver Muláaaaaaaaaaaaan” y de
pronto desciendes de golpe a la cruda realidad y te dices a ti
misma... “`peeeero qué coñio hago yo aquí dando vueltas de un
lado para otro... si va a sentarse en un pupitre, no en la silla
eléctrica”.
Y según avanzas camino a
casa tu otro hemisferio, el que peores ideas tiene te susurra...:
¿Y si le ocurriera
algo... y si vengo y no está...y si... y si... y si...”,
bufffffffff!!!!!!!!!! y en ese momento, mientras te replanteas si
esconderte detrás de un coche y montarte allí el campamento en plan
“vieja el visillo” mas que nada por ver si allí todo el mundo
controla..., o haces caso de tu otro hemisferio, el más cabal y te
vas a casa a hacerte una tortilla de lexatín mientras haces tiempo
para volver a buscarle en unas horas...
Y el clon de Chicho
Terremoto vuelve a gritar “Quiero ir a ver Muláaaaaaaaaaaan” y
no te queda otra que abortar tus planes espías y seguir para casa.
Eso sí, con cuidado,
porque entre empujar la silleta, limpiarte el moquillo y chorrear
lagrimones de poco me voy al río y a ver si ahora encima, me acaban
deteniendo por subnormal, que la niña no está en el corredor de la
muerte coñiiiiiiiiiio!!!!, buff... asi que con semejante remeneo
emocional, no os extrañéis que haya tardado unos días en dar
señales de vida con tanto vaivén.
Hoy es lunes, niña
escolarizada y madre algo más relajada... biiiiiiiiieeeeeeeen, vamos
bien!!.
Ya veras como tu dices dentro de unos meses te parecera que no fue tan mal , animo !!!!!!!!! Besos a los cuatro
ResponderEliminarjoe con las alemanas, que poco cariñosas son, si te conocieran no serian tan bordes :)
ResponderEliminarAix guapa, como me he reido con lo de otia-cop�n. Al m�o le dio por decir el otro d�a co�o y otia!, co�o y otia! y as� tantas veces como veces le dec�a yo que se callara, eso si con la diferencia de que aqu� le entendi� to dios y las miradas no eran precisamente de mira que ni�o m�s mono.
ResponderEliminarBueno guapa, espero que tu peque�a se adapte muy bien al cole y disfruteis mucho de esta gran experiencia.
Besitoooos!!!
Quien dijo que fuese fácil Ana???? cuando pase el tiempo todo quedará como una anécdota, tendrás la satisfación de que tus hijos hablarán otra lengua perfectamente y tu también claro te costará un pelín más por eso de la edad pero lo vas a conseguir y cuando ya empieces a chapurrear el alemán será más fácil dirigirte a esas mamis del cole un pelín secas que hay por esos lares e incluso tomarás cafecitos con algunas, eso sí nunca van a ser como los cafes que tomabas aqui en EL PLENO, no por el café sino por la compañia jejejeje.
ResponderEliminarLo de la bici es buena idea planteatelo. Animo y no dejes de escribir en tu blog para que te sigamos de cerca. Un besito. Cristina
Ánimo chicas¡¡¡ yo lo de la bici en invierno no lo veo, tu silleta, besitos
ResponderEliminarHe reído y he llorado en tus palabras me he visto retratada, sólo que cambia el niño, mi hijo tiene 9 años casi 10 ,pero es autista,estoy fatal llevamos 5 meses en Alemania, y todavía duele el alma, no se si estoy o estamos en el lugar correcto, aún mi hijo no está en la escuela que debe de estar,necesito un abrazo, una palabra, alguien que me diga que todo va a ir bien.....
ResponderEliminarEralis...todo irá bien seguro!!! Yo tambièn soy madre y he tenido que dejar a mi hijo en el colegio sin saber el idioma. El mio acaba de cumplir 13, pero por eso no deja de ser un niño...Intenta sacar fuerzas de debajo de las piedras, ellos lo merecen. Ana me encanta tu rincón, ya que me siento identificada con gran parte de lo que escribes. No dejes de escribir y mucho ánimo!!!
EliminarPues ánimo de mi parte también, Ana. Está claro que al principio es difícil, y más con este idioma tan fiero que tienen. Luego, como dicen María José, Ainhoa, Cristina y etc., el asunto se va suavizando. De todos modos hay una gran comunidad hispanohablante por estos mundos. Por cierto, adónde has ido a parar. Saludos desde Karlsruhe...
ResponderEliminarBretzfeld, no iluminarás mi vida diciéndome que estamos cerca...
EliminarHola , que historia más real hoy mismo he vivido algo muy parecido con la diferencia que ya son 8 meses los que mi hijo que no termina de adaptarse en el kindergarten es muy difícil y sólo las que nos hemos venido llorando impotentes por la situación que tienen que vivir nuestros pekes sabemos como es , un saludo grande y mucho ánimo es más difícil y sólo espero que llegue pronto el día que podamos ver esta situación de lejos y decir hemos podido superarlo .
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